Los vinos secos se conocen también como vinos de mesa. Es un tipo de clasificación de vinos, que diferencia estos vinos de los semi-secos o dulces.

Hay varios tipos de vinos, que tratamos en esta otra entrada de blog. En su clasificación intervienen factores geográficos, como el clima o la variedad del suelo y, por otro lado, la variedad de la uva. Además, se tiene en cuenta la forma de elaboración, el color o la edad. En lo que concierne los vinos secos o dulces, interviene otro factor, que es el contenido de azúcar.

 

Qué es un vino seco

Que un vino sea seco, semi-seco o dulce, depende del tiempo de la fermentación y de la cantidad final del azúcar. Un vino se considera seco cuando tiene muy poco o nada de azúcar. Esto se percibe principalmente en el sabor, la acidez y el alcohol.

Los vinos secos son aquellos que contienen menos de 4 gramos/litro de azúcares.

Los vinos espumosos secos cuentan con el término Brut Nature en la etiqueta.

 

Diferencias entre vinos secos y dulces

Mientras que el vino seco se obtiene de la fermentación natural, el vino dulce es fortificado para evitar que el azúcar se transforme completamente en alcohol.

El vino seco cuenta con un sabor más fuerte pero final limpio, comparado con el vino dulce, cuyo sabor se mantiene mucho más tiempo en la boca.

Un vino seco puede encontrarse a la vez en la categoría de los vinos afrutados, ya que no son excluyentes. Aun así, los aromas a fruta pueden indicar un vino dulce, mientras que aromas de hierbas y madera pueden apuntar a un vino seco.

Ejemplos conocidos de vinos secos y afrutados son el Pinot Noir, el Cabernet Sauvignon, el Sauvignon Blanc y el Chardonnay.

Para saber más sobre el maridaje, visita esta entrada de Blog.

 

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