El azafrán es una especia muy importante para aromatizar y dar sabor a nuestros platos, dulces y salados, además de bebidas.

Por un lado, es un potenciador de sabor muy poderoso, pero por otro, se considera muchas veces como una especia demasiado cara y difícil de usar. Incluso ha llegado a entenderse como un simple colorante de arroz.

Hebras y molidos

El azafrán se puede adquirir en Hebra o molido. Hay diferentes calidades de azafrán que condicionan la cantidad a añadir a cada plato. Además, hay varias maneras de utilizarlo. Lo que es común a todas ellas es que se recomienda que esté lo más desecho posible a la hora de añadirlo.

Entre los diferentes tipos de aplicación, se incluyen el aceite y también la mantequilla de esta especia.

Aroma y sabor del azafrán

El azafrán se utilizar para potenciar el aroma tanto de platos dulces como salados. Sobre todo, es el caso de las recetas de arroz y patatas y guisos. Un ejemplo muy conocido es la paella. Resalta el sabor de la fabada, del potaje de garbanzos y cocidos, estofados y caldos.

Es un condimento que combina muy bien con el jengibre, limón, ajo y tomillo. Se trata de un potenciador de sabor muy parecido a la sal.

Casi cualquier plato con lácteos o harina se puede beneficiar de su uso. Sobre todo platos que cuenten con poco sabor, se pueden beneficiar de sus características.

Así encontramos el azafrán en tartas de queso, yogur, mantequilla o nata. El Kesar Doodh por ejemplo es una receta de un batido de leche con azafrán, que gusta a todos, igual que el batido de mango. Incluso el capuchino combina bien con esta especia, adquiriendo un sabor más dulce que recuerda a la vainilla.

En resumen, el azafrán es una especia muy importante, que puede enriquecer la mayoría de nuestros platos, añadiéndoles un punto diferenciador e inconfundible.