Cremas, sopas y purés… instantáneas

Puré papas cocina

 

Shakespeare es como el puré de papas, nunca tienes suficiente.

Las cenizas de Ángela, Frank McCourt

 

Hay cierta magia en convertir unas verduras y carnes, con algunas especias, en una textura completamente distinta, que nos devuelve al bienestar de la infancia.

 

Las Sopas

La sopa de pollo es el remedio absoluto ante todo tipo de malestar, físicos y mentales. Así ha sido utilizado como título de toda una serie de libros de auto-ayuda, titulados Sopa de Pollo para el alma, para adolescentes, para la menopausia, y porque no, para amantes de perros y triunfar en Operación Triunfo. Sea un resfriado, la temida gripe, un dolor de cabeza, cansancio o simplemente la necesidad de entrar en calor en la fría temporada de invierno, la sopa de pollo es el recurso que necesitamos. Toda familia tiene su propia receta, más o menos picante, con o sin fideos. Hay quien le pone zanahoria y hay quien la prefiere bien lejos del caldero. Además, gracias a los avances en concentrados, podemos comprarla ya preparada y añadirle ingredientes a gusto. ¿Qué tal unos chiles?

 

Las Cremas

 

crema tomate

La crema de tomate suele gustar a grandes y pequeños. Su sabor afrutado la acerca más a los postres que a los salados. Está rica en estado puro, hecha desde cero con tomates pera o a base de polvos o cremas instantáneas. Añadimos a gusto cubitos de mozzarella que se funden deliciosamente en el calor de la crema. Los picatostes añaden una sorpresa crujiente, mientras que las hojas de albahaca nos llevan a una escapada rural de aire fresco. ¿Y la sopa de letras? Con el contraste rojo cremoso es más fácil formar palabras y frases en el bol.

 

El Puré

El puré de papas, como ya lo decía Frank McCourt en sus memorias, tiene que venir en abundancia. Papas, mantequilla, sal y leche. Estos son los básicos para poder construir montañas esponjosas que desafíen la gravedad. La salsa de carne se convierte en riachuelos o cascadas en la cordillera creada. Los polvos instantáneos son justo eso, instantáneos. No hay que esperar a que hiervan y se ablanden las papas antes de estrujarlas con la cantidad exacta de los otros componentes.

 

Domingo Gutierrez es mayorista de Sopas y Cremas en Canarias

 

 

Hojaldres, dulces y salados

Viajemos a una panadería, o boulangerie como se conocen en Francia, en 1920 a primera hora de la mañana. El aire se llena del aroma a mantequilla y hojaldres, cuando salen los croissants del horno. Un café con leche y ya estamos disfrutando de un desayuno continental digno de Audrey Hepburn mirando el escaparate de Tiffany’s. La historia del croissant y la historia del hojaldre son un homenaje a la creatividad y su celebración. El croissant o cruasán se cuenta que fue idea de los pasteleros de Vienna, para celebrar que los turcos no les invadieran. Tiene la forma cornuda inspirada en la luna creciente de la bandera turca.

«Nunca renunció formalmente. Una mañana se limitó a salir tarde de su despacho y no ha vuelto. Aunque ya ha transcurrido más de un siglo, muchos miembros del personal de la Guía siguen conservando la idea romántica de que sólo ha salido a tomar un croissant de jamón, y que volverá a cumplir una tarde de trabajo continuado.»

Douglas Adams

El hojaldre se cuenta que se inventó por error, cuando un aprendiz de panadero se olvidó de añadir grasa a la masa de pan. Al darse cuenta de su error, y temiendo los reproches, probablemente dolorosos al tener lugar en el Siglo XVII se vuelve muy ingenioso. Añade la grasa al centro de la masa, y la dobla una y otra vez. El panadero se queda encantado con el resultado.

Aunque el pintor Claude Gellée es más conocido por el juego de luz en sus obras, también se le asocia con el invento que acabamos de leer. Se le conoce también por su lugar de origen en la Champagne, La Lorraine, famosa entre otras cosas, por su Quiche Lorraine. Se considera una tarta salada, conocida desde el Siglo XVI, que lleva queso, bacon, cebolla, huevo y nata o simplemente los restos como un tipo de Ropa Vieja, acompañado de un cava de sabor fuerte.

El hojaldre nos abre las puertas a experiencias dulces en forma de palmeras, trenzas, cuernos rellenos de chocolate o crema, caracoles y pastas danesas. Entrantes y platos principales muestran la cara salada pero igual de ligera del hojaldre. Triangulos de jamón y queso, salchichas envueltas en hojaldre abren el apetito para las empanadas de carne, atún o bacalao, el solomillo Wellington y pollo a la florentina.

El hojaldre se puede permitir ser la estrella de un menú de 3 platos o más y seguir sorprendiendo. Brindemos por él.

«Las dos mejores cosas de la vida son croissants calientes y un camino rápido a casa.»

Stephen King