“Gentiles son las personas que comen mayonesa sin ninguna razón.”
Robin Williams
¿Qué tiene en común una hamburguesa, un filete de pescado, una ensalada y unas papas fritas? No las podemos imaginar sin mayonesa.
La mayonesa esta en buena compañía
En buena compañía entre mostazas y kétchups, salsas universales y aliolis, la mayonesa es una estrella entre las salsas que acompañan todo tipo de platos. Puede tener protagonismo puro o servir de base para otras salsas como la remolada, que acompaña el pescado para realzar su sabor a la perfección. Se lleva bien con el mascarpone y la mozzarella para crear un plato cremoso de pasta fresca.
Sobre sus ingredientes no hay discrepancia, que son el aceite y la yema de huevo. La mayonesa japonesa es una variante con vinagre de sidra o arroz e inspira restaurantes especializados que sirven todo tipo de platos, incluido sopa de mayonesa, basados en esta salsa cremosa. Rusia, entre los mayores consumidores de mayonesa, disfruta una variante con aceite de girasol.
La mayonnaise belga y francesa
Lenguas malas y no tan malas en Francia dicen que se reconoce a un belga en el extranjero por ser el único que pide mayonesa con cada plato. Sus papas fritas con mayonesa se pueden comprar en cada esquina, en cucuruchos como tentempié y alternativa salada a los deliciosos gofres y pralinés belgas.
En respuesta a estas acusaciones de los franceses, citamos a Ambrose Bierce
“Mayonesa: Una de las salsas que sirven a los franceses en lugar de una religión de Estado”
Los mayores consumidores son los países de Europa de Este y Norte, Japón, Chile y EEUU. Según un artículo de New York Post la salsa favorita de los estadounidenses no es el kétchup, sino la mayonesa de Hellmann’s.
Unilever y otras empresas han escuchado a los consumidores que padecen alergia al huevo o que son veganos, y para ellos se producen variantes sin huevo, aunque no puedan ser denominadas como mayonesa, termino protegido en la Unión Europea con el huevo como ingrediente imprescindible.
“Como expresión de una necesidad humana, siempre quise escribir un libro que terminase con la palabra mayonesa”
Richard Brautigan