Cuando el termómetro empieza a subir cambiamos radicalmente la alimentación. El verano hace que nos olvidemos de los guisos y optemos por otras alternativas como las ensaladas o platos fáciles de digerir. Pero, ¿y los quesos?
Queso en verano
Las altas temperaturas también afectan al queso. Por eso, cuando entra en contacto con el calor del verano, pierde parte de su grasa natural, influyendo en su textura y su sabor. Es importante la conservación del queso durante estos meses de verano, como lo guardemos y que se encuentre en un lugar fresco. Por eso, es importante guardar el queso en la nevera.
Tipos de quesos para el verano
Hay muchos quesos pesados y grasos y multitud de opciones ideales para los meses de verano:
- Quesos de vaca. Que sean tiernos y nada de viejos, maduración corta. La leche Ejemplo: queso de tetilla, que se elabora con leche cruda de vaca, o quesos asturianos de pasta blanda.
- Quesos de cabra. Hay muchas variedades de quesos de cabra, para el verano puedes optar por los quesos frescos de cabra, o aquellos con corteza enmohecida, que le protege de las altas temperaturas.
- Quesos de oveja. Poco maduros, tiernos, sutiles y con sabor lácteo.Ejemplo: queso pastura…
Combinaciones de queso
En esta época podemos sustituir los quesos más curados por otros más ligeros, que podemos añadir a las ensaladas, el plato por excelencia del verano.
- El queso fresco combina a la perfección con cualquier tipo de ensalada. Sea con tomate, orégano y aceitunas negras, o de brotes tiernos, champiñón crudo, nueces y piñones.
- Una tabla de quesos es también una de las mejores formas de tomar este alimento en la temporada de más calor. Es fácil y rápido de preparar, una opción ideal para compartir entre amigos.
- Otra forma de consumir queso en verano es en los postres. El queso es el ingrediente principal de muchas tartas y helados deliciosos.
- Se puede tomar también al final de la comida acompañado de frutas como melocotones, higos, cerezas; o si se prefiere, con miel o mermelada.
- El queso de vaca tierno con una maduración corta es excelente para los meses de julio y agosto. Son cremosos y ligeros y podemos fundirlos fácilmente. Los quesos asturianos de pasta blanda o el queso gallego de Tetilla son un buen ejemplo.
- Si preferimos el queso de cabra, mejor elegir un queso fresco o aquellos con corteza enmohecida que los protegen de las altas temperaturas.
- A la hora de elegir un queso de oveja, en verano son más recomendables los menos maduros.