La edad del vino, es la forma más conocida y utilizada a la hora de catalogar y valorar la importancia de esta bebida. Pero no es el único método.

Cuando las personas hablan de vino, siempre tratan de incrementar las virtudes de los mismos. Se suelen utilizar palabras como reserva, tempranillo o envejecido como si de sinónimos de calidad se tratase.

 

Podemos diferenciar los vinos por 3 edades:

Crianza

En primer lugar, pertenecen a esta categoría:

Si hablamos de vinos tintos: los vinos que tengan un envejecimiento mínimo de 24 meses. (En los cuales 6 deben ser en barricas)

Por otro lado, en el caso de vinos blancos: el tiempo de maduración total es de 18 meses. (En los cuáles 6 como mínimo, deben ser en barricas)

Reserva

En segundo lugar, dentro de la categoría de Reserva:
En cuanto a los vinos tintos: el período total de envejecimiento debe ser de 36 meses como mínimo. (Y de los cuales 12 deben ser en una barrica)
Para los vinos blancos: deben permanecer guardados durante 24 meses en total. (En los cuales 6 deben ser en barrica)

Gran reserva

Por un lado, tenemos el caso de vinos tintos: donde la categoría de gran reserva quedaría destinada a vinos con un tiempo mínimo de maduración total de 60 meses (Debiendo pasar al menos 18 de los 60 meses en barrica)
En el caso de vinos blancos gran reserva: el tiempo total de envejecimiento no debe descender de los 48 meses. (De los cuales, al menos los 6 primeros deben transcurrir en barrica)

 

A estas tres categorías habría que añadir una última. Destinada a los vinos jóvenes o vinos del año, que son vinos que pueden consumirse sin necesidad de dejar ningún tiempo de maduración, o que hayan pasado en barrica períodos inferiores a los 6 meses.

 

El vino es un ser vivo. Evoluciona cada día y se ve afectado por condiciones de temperatura, humedad, luminosidad, movimiento. Son muchos los factores que afectan al envejecimiento del vino. Y también, las características que definen al mismo desde el momento de su creación

 

Curiosidades

Por último, comentaremos algunas curiosidades y errores que todos cometemos.

 

#1 El tempranillo no es un vino, sino una uva:

El nombre de Tempranillo hace que muchas personas lo asocien a los vinos elaborados sin crianza o vinos jóvenes, pero, no es así, se trata de una variedad de uva originaria de España.

 

#2 Rioja y Ribera del Duero no son marcas de vino, sino denominaciones de origen.

La denominación de origen (D.O.) es el nombre con el que se reconoce aquellos vinos regulados por un consejo regulador y que deben cumplir una serie de requisitos.

 

#3 Los vinos blancos SI mejoran cuando envejecen

No todos los vinos blancos mejoran cuando envejecen, pero los hay que sí. Pero, si es verdad que la mayoría que se elaboran en España no se hacen para envejecer. De todos modos, hay grandes vinos blancos que envejecen fenomenal y que están muy buenos pasados unos años.

 

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