La mantequilla y la margarina son dos de los alimentos más utilizados en la cocina. No obstante, y más allá de las diferencias entre ambas, las dos opciones comparten un mismo denominador común: su excelente sabor. La elección entre una u otra puede atender a varios factores. Dependiendo tanto de su carácter nutricional como de las preferencias a nivel gastronómico. O, simplemente, de la comodidad de escoger entre una u otra.
Pese a su aparente similitud, la realidad es que existen importantes diferencias. Especialmente en lo relacionado con el origen, la elaboración y su composición. A continuación, algunas de las principales:
Mantequilla vs. Margarina: las principales diferencias
Nos encontramos ante dos productos que se caracterizan por su alto contenido en grasas. No obstante, el origen de las mismas resulta especialmente diferente. En el caso de la mantequilla, nos encontramos ante un producto de origen animal. La margarina, no obstante, es de origen vegetal. Por lo tanto, su composición nutricional resulta especialmente diferente en ambos casos.
La diferencia en sus grasas. En el caso de la mantequilla, como consecuencia de que procede de la leche, presenta un alto contenido en grasas saturadas y colesterol. La margarina, al proceder del aceite vegetal, contiene grasas mono y polinsaturadas.
La mantequilla es rica en vitaminas A, D y E. En el caso de la margarina, únicamente encontramos vitamina E y K.
Una de las diferencias más importante la encontramos en su elaboración. En el caso de la margarina, algunos productos añaden ciertos aditivos o colorantes, con el objetivo de darle consistencia. En el caso de la mantequilla tradicional, ésta se obtiene sin procesos químicos. Por lo que, por norma general, se considera mucho más natural que en el primer caso.
Como se puede comprobar, son varias las diferencias que podemos encontrar.
Dependiendo de nuestros objetivos a la hora de consumirla, podremos decantarnos por los diferentes tipos existentes.